Hola mis
Supermamis,
Hacía ya
tiempo que no os daba ninguna recetilla de esas que me gusta compartir con
vosotras, de las fáciles, riquísimas y muy resultonas.
Primero
quiero hablaros de los Mejillones. El mejillón es un alimento rico en proteínas
y con un índice bajo en grasas (de las malas) y alto en grasas poliinsaturadas
(de las buenas). Contiene omega 3 y un montón de vitaminas muy beneficiosas
para nuestro organismo como la riboflavina, niacina, tiamina y aportan una gran
cantidad de vitamina B, así como minerales tales como el calcio, yodo, hierro,
magnesio y potasio. Sus alto contenido en ácidos grasos, ayudan a prevenir
muchas enfermedades cardiovasculares y ayudan también a prevenir el colesterol.
Es bueno
fijarse al elegir los mejillones y escoger los que tengan un color negro
brillante y la concha entera y firme. Desecharemos los que tengan la concha
rota o rajada y también los que estén abiertos, ya que no suelen ser frescos.
Una vez
dicho todo lo bueno, voy a daros una receta a su altura.
Mejillones al Vino blanco
Ingredientes:
1 cebolla
morada pequeña
4 dientes de
ajo grandecitos
1 ramillete
de perejil fresco
1 vaso de
Vino blanco
Aceite de
Oliva
1 Limón
Sal
Pimienta
Agua
Preparación:
Lavamos bien
los mejillones, para ello necesitamos quitarles las barbas con los dedos y si
es necesario, nos ayudamos con un cuchillo. Los pasamos después por el grifo y
yo acostumbro a frotar su concha un poquito con un estropajo, para quitarles
toda la suciedad que pueda quedarles.
Cogemos el
limón y lo lavamos bien, exprimimos con ayuda de un tenedor su zumo, en el agua
de la olla y cortamos la cáscara a trozos y la añadimos también.
Incorporamos
los mejillones y lo llevamos al fuego hasta que rompa a hervir y calculamos
unos 10 minutos a fuego lento-medio, removiendo de vez en cuando para que se
cocinen todos por igual, si queréis podéis taparlos y apagarlos un par de
minutos antes, pero yo los hice sin destapar, ya que me gustan bien
hechitos.
Ahora ya
tenemos los mejillones hechos al vapor y pueden comerse tal cual o con un
poquito de mayonesa con cebollino fresco o sin él y están riquísimos.
Ahora os
explico una de las formas en las que yo los hago, con una salsa ligera.
Normalmente
y para que resulten más cómodos de comer, les quito una de las conchas, la que
no tiene la carne y la tiro.
Pelamos los
ajos y la cebollita y lo picamos bien chiquitito todo. En este caso, yo he
picado los ajos, con un picador de estos que se aprietan, ya que me gusta bien
finito para que quede más incorporado todo, pero no es necesario.
En una
sartén, añadimos un chorro de aceite de oliva y rehogamos la cebolla y el ajo
hasta que se doren. Añadimos el vino blanco, el perejil picado, la sal y la
pimienta.
Lo cocinamos
todo hasta que quede una salsita reducida y haya evaporado el alcohol y
espesado.
Añadimos un
par o tres de cazos del caldo de cocción y dejamos que se cocina con el
sofrito. Una vez haya reducido otro poquito, ya podemos incorporar los
mejillones removerlos bien y apartar del fuego.
Súper Buen Provecho